Madre de dos soles, hermana de 4 lunas y tía de 6 estrellas, …, mama, hermana, tita, … y como todos te conocemos, Ruse, la Ruse, la rubia de Cerdanyola.
A mi me han dejado el honor de dirigirte unas sencillas palabras, aunque bien sabes que no son las primeras, ni serán las últimas. Como ves, como querías, tu familia está unida, unida y llena de todo cuanto nos has dado.
La senda de la vida no fue fácil, pero tú, con tu fuerza, tu coraje, tu valentía y tu alegría, luchaste por la felicidad; por ti, pero sobretodo por las dos reinas de tu casa, las que hoy te miran con orgullo y heredan tu alma para seguir adelante.
Tu Yoli y tu Raquel, tu Raquel y tu Yoli, las hermanas que me diste, y a las que has visto enamorarse y entregarse a dos personas maravillosas, la Isa y el Jordi, los 4 faros que iluminaban tu vida.
Por el camino te han acompañado tus hermanas y hermano, la Mari, la Montse, la Olga y el Pepito; has encontrado el amor que nunca tuviste, el Juan, tu Juanico; y hemos ido llegando los demás. Todos hemos compartido contigo la felicidad que siempre has merecido.
Ahora que nos dices hasta luego, no podemos evitar ponernos tristes, no podemos evitar llorar, y aunque tú no soportarías vernos así, así es como hemos sentido, tú y nosotros, siempre. Esa es y será la forma de sentir de los Núñez, la que nos diferencia de los demás.
Nos quedamos huérfanos de amor, pero nunca olvidaremos tu sonrisa inagotable, tu fuerza irresistible, tu carisma incontrolable. Con todo eso y mucho más nos quedamos, todo eso y mucho más te seguiremos dando, porque los que nos quedamos te veneramos, y te prometemos seguir unidos como tantas veces nos inculcaste.
Cerraremos los ojos y nos perderemos por el jardín de la mente, para al fin encontrarte y seguir compartiendo nuestra vida contigo.
Mama, hermana, tita, Ruse, siempre caminaremos juntos, amándote y amándonos, lo único que necesitas para seguir siendo la estrella que nos guíe, allá donde estés.
A mi me han dejado el honor de dirigirte unas sencillas palabras, aunque bien sabes que no son las primeras, ni serán las últimas. Como ves, como querías, tu familia está unida, unida y llena de todo cuanto nos has dado.
La senda de la vida no fue fácil, pero tú, con tu fuerza, tu coraje, tu valentía y tu alegría, luchaste por la felicidad; por ti, pero sobretodo por las dos reinas de tu casa, las que hoy te miran con orgullo y heredan tu alma para seguir adelante.
Tu Yoli y tu Raquel, tu Raquel y tu Yoli, las hermanas que me diste, y a las que has visto enamorarse y entregarse a dos personas maravillosas, la Isa y el Jordi, los 4 faros que iluminaban tu vida.
Por el camino te han acompañado tus hermanas y hermano, la Mari, la Montse, la Olga y el Pepito; has encontrado el amor que nunca tuviste, el Juan, tu Juanico; y hemos ido llegando los demás. Todos hemos compartido contigo la felicidad que siempre has merecido.
Ahora que nos dices hasta luego, no podemos evitar ponernos tristes, no podemos evitar llorar, y aunque tú no soportarías vernos así, así es como hemos sentido, tú y nosotros, siempre. Esa es y será la forma de sentir de los Núñez, la que nos diferencia de los demás.
Nos quedamos huérfanos de amor, pero nunca olvidaremos tu sonrisa inagotable, tu fuerza irresistible, tu carisma incontrolable. Con todo eso y mucho más nos quedamos, todo eso y mucho más te seguiremos dando, porque los que nos quedamos te veneramos, y te prometemos seguir unidos como tantas veces nos inculcaste.
Cerraremos los ojos y nos perderemos por el jardín de la mente, para al fin encontrarte y seguir compartiendo nuestra vida contigo.
Mama, hermana, tita, Ruse, siempre caminaremos juntos, amándote y amándonos, lo único que necesitas para seguir siendo la estrella que nos guíe, allá donde estés.